1. ¿Existen mujeres que por personalidad o por formación son más propensas a ser indecisas?
Aunque la indecisión puede darse en distintos tipos de personalidad, tiende a presentarse más frecuentemente como característica en personalidades dependientes, en las que las decisiones importantes suelen ser tomadas en base a lo que determina directa o indirectamente el otro hacia el cual se depende.
La indecisión, concepto que pone el acento en el proceso intelectual, puede tener a la base elementos emocionales. En este caso, estaría ligada a la inseguridad y a la autoestima. Cuando en la crianza de un niño están presentes figuras paternas de mucha autoridad o sobreprotección, puede fomentarse la inseguridad, y por ende, afectar la toma de decisiones de la persona.
2. ¿Cómo pueden solucionarlo cuando les afecta desde elegir una ropa hasta optar por un trabajo o el matrimonio?
Para solucionarlo el primer paso es pensar de dónde viene, y distinguir si existen factores de la realidad que influyan en la indecisión, o si es meramente inseguridad. Por ejemplo, dudar en qué ponerse puede ser importante si hay un problema real de peso, o dudar en casarse es fundamental si aquella persona puede eventualmente ser muy dañina. Dudar es adaptativo, pues nos conecta con el hecho que nuestros actos tienen consecuencias. El problema se agudiza cuando no hay razón concreta en el ambiente que justifique tal indecisión. En estos casos puede ser importante la ayuda de un especialista, para discernir las causas del problema.
Cuando la indecisión se transforma en un síntoma muy grave, que paraliza las actividades de la vida cotidiana, puede haber a la base un Trastorno Obsesivo Compulsivo, que requiere de tratamiento psiquiátrico. En los casos en que la indecisión tiene asociado una merma muy importante en el autoestima, puede ser de ayuda darse un espacio de psicoterapia.
3. ¿Suelen ser estas mujeres sumamente volubles y manipulables por los demás? ¿Se pueden aprovechar los otros de esta característica?
Las mujeres indecisas pueden efectivamente ser extremadamente volubles y manipulables, especialmente si a la base hay fragilidad emocional. Esto ocurre porque hay una necesidad muy fuerte de aprobación y de dependencia. Mientras más fragilidad emocional haya a la base de la indecisión, más proclives están estas mujeres en ser manipuladas, o vincularse en relaciones que profundamente no desean.
4. ¿Hay alguna etapa de la vida, como la adolescencia, en que las mujeres son más indecisas?
La indecisión puede ser un fenómeno mucho más recurrente en etapas del ciclo vital en las que se cursa desde la dependencia familiar hacia la independencia. En esta etapa, que suele coincidir con la adolescencia, se suelen concentrar situaciones muy significativas del desarrollo, como por ejemplo la elección de pareja, carrera o actividad laboral, que requieren de que la joven conozca sus propios deseos y necesidades y no tanto ser protegida por los padres o figuras de autoridad.
5. ¿Qué hechos pueden ayudarla a tener mayor seguridad de sus acciones, sin dudar tanto de los efectos que produzcan?
Es importante reconocer el ambiente en el cual la persona se desenvuelve, y que tenga presente qué se espera de ella. Diferenciar espacios puede ayudar a definir los límites y moverse con más seguridad.
Vincularse con otros que brinden apoyo, contengan en momentos de inseguridad o soporten la angustia y la frustración es fundamental. Por el contrario, la presión y la exigencia suelen provocar el efecto inverso. Hay que tener siempre presente que la confianza es una cualidad que se construye de a poco, con un medio que tolera el error y confía en que finalmente la persona logrará desplegarse.
Aunque la indecisión puede darse en distintos tipos de personalidad, tiende a presentarse más frecuentemente como característica en personalidades dependientes, en las que las decisiones importantes suelen ser tomadas en base a lo que determina directa o indirectamente el otro hacia el cual se depende.
La indecisión, concepto que pone el acento en el proceso intelectual, puede tener a la base elementos emocionales. En este caso, estaría ligada a la inseguridad y a la autoestima. Cuando en la crianza de un niño están presentes figuras paternas de mucha autoridad o sobreprotección, puede fomentarse la inseguridad, y por ende, afectar la toma de decisiones de la persona.
2. ¿Cómo pueden solucionarlo cuando les afecta desde elegir una ropa hasta optar por un trabajo o el matrimonio?
Para solucionarlo el primer paso es pensar de dónde viene, y distinguir si existen factores de la realidad que influyan en la indecisión, o si es meramente inseguridad. Por ejemplo, dudar en qué ponerse puede ser importante si hay un problema real de peso, o dudar en casarse es fundamental si aquella persona puede eventualmente ser muy dañina. Dudar es adaptativo, pues nos conecta con el hecho que nuestros actos tienen consecuencias. El problema se agudiza cuando no hay razón concreta en el ambiente que justifique tal indecisión. En estos casos puede ser importante la ayuda de un especialista, para discernir las causas del problema.
Cuando la indecisión se transforma en un síntoma muy grave, que paraliza las actividades de la vida cotidiana, puede haber a la base un Trastorno Obsesivo Compulsivo, que requiere de tratamiento psiquiátrico. En los casos en que la indecisión tiene asociado una merma muy importante en el autoestima, puede ser de ayuda darse un espacio de psicoterapia.
3. ¿Suelen ser estas mujeres sumamente volubles y manipulables por los demás? ¿Se pueden aprovechar los otros de esta característica?
Las mujeres indecisas pueden efectivamente ser extremadamente volubles y manipulables, especialmente si a la base hay fragilidad emocional. Esto ocurre porque hay una necesidad muy fuerte de aprobación y de dependencia. Mientras más fragilidad emocional haya a la base de la indecisión, más proclives están estas mujeres en ser manipuladas, o vincularse en relaciones que profundamente no desean.
4. ¿Hay alguna etapa de la vida, como la adolescencia, en que las mujeres son más indecisas?
La indecisión puede ser un fenómeno mucho más recurrente en etapas del ciclo vital en las que se cursa desde la dependencia familiar hacia la independencia. En esta etapa, que suele coincidir con la adolescencia, se suelen concentrar situaciones muy significativas del desarrollo, como por ejemplo la elección de pareja, carrera o actividad laboral, que requieren de que la joven conozca sus propios deseos y necesidades y no tanto ser protegida por los padres o figuras de autoridad.
5. ¿Qué hechos pueden ayudarla a tener mayor seguridad de sus acciones, sin dudar tanto de los efectos que produzcan?
Es importante reconocer el ambiente en el cual la persona se desenvuelve, y que tenga presente qué se espera de ella. Diferenciar espacios puede ayudar a definir los límites y moverse con más seguridad.
Vincularse con otros que brinden apoyo, contengan en momentos de inseguridad o soporten la angustia y la frustración es fundamental. Por el contrario, la presión y la exigencia suelen provocar el efecto inverso. Hay que tener siempre presente que la confianza es una cualidad que se construye de a poco, con un medio que tolera el error y confía en que finalmente la persona logrará desplegarse.