1. ¿A qué edad es conveniente que los niños duerman solos en su cama o habitación?
Sería ideal que desde el nacimiento del niño ya exista un espacio destinado para él. Aunque los primeros meses de vida requerirán de la atención constante de los padres, especialmente de la madre, alrededor de los seis meses el niño ya ha avanzado considerablemente en el desarrollo perceptual, cognitivo y emocional, siendo capaz de reconocer a un otro distinto a él mismo. Esta capacidad es fundamental para comenzar a consolidar las futuras separaciones del niño. Aunque no existe una edad fija en cuanto a la separación de habitaciones, es esperable que desde la mitad del primer año el niño sea capaz de tolerar de buena forma momentos de distanciamiento con los padres.
2. ¿Cómo deben los papás acostumbrarlos en ese proceso?
Generalmente los problemas asociados a las dificultades en que los hijos adquieran cierta independencia están relacionados con las dificultades de separación de los propios padres. En la medida que éstos puedan percibir sus propias angustias, el camino para fomentar las separaciones será más fácil para los hijos. Sólo de esta forma podrán transmitirles a los hijos la confianza que es necesaria para irse distanciando.
Como proceso, el paso al espacio propio debe ser gradual para un niño, pues las angustias de un niño que ha estado acostumbrado a dormir en la compañía de los padres pueden ser muy intensas. Este proceso gradual se inicia con la transición previa al cambio de habitación, explicándole al niño que en un tiempo él va a dormir su propio lugar, con sus cosas, su cama, etc., y que los padres van a estar cerca de él. Luego de realizado el cambio, es importante que los padres confirmen que ellos están atentos, tranquilizándolo con su presencia cuando él lo necesite.
3. ¿Qué pueden hacer si su hijo se rehusa a dormir solo y aparece cada noche pidiendo dormir con mamá? (si llora, hace pataletas, etc)
Es muy importante que los padres sean los protagonistas principales de esta transición, ya que ellos deben transmitir la tranquilidad y confianza que este paso a la independencia es bueno para los hijos. Las dificultades ante cualquier tipo de separación siempre van a existir, y lo importante en estos casos es ser capaz de tolerarlas. Puede ser tranquilizador para un hijo tener la certeza de que las decisiones de los padres no se modifican en base a llantos o pataletas. Siempre es posible hacer volver a la habitación o a la cama a un hijo, aunque este proceso requiere de la capacidad de los padres de tolerar repetidas pataletas o llantos.
4. ¿Qué le aconsejarías a una mamá que la mitad de la noche duerme con su hijo en su habitación debido a sus temores nocturnos, y lo considera como parte del crecimiento?
Para los padres es necesario tener presente que el mantenerse durmiendo con los hijos, aunque éstos ya estén listos para tener su habitación propia, no es parte del crecimiento ni suele ser un remedio para un problema en el dormir del niño. Dormir con un hijo, cuando éste ya está preparado para dormir solo, no implica ni más amor, ni más cercanía ni más vínculo, sino más bien refleja las propias angustias de los padres en generar una separación. Las pesadillas, terrores nocturnos o cualquier dificultad que se produzca en el dormir del niño, puede ser calmadas con padres presentes, que acompañan en esos momentos y que tranquilizan.
5. ¿Es bueno realizar rutinas con los niños para que se duerman todos los días a la misma hora?
Es bueno que exista una hora para irse a dormir que sea definida por los padres, y que en esa hora se está en la habitación y se duerme, no se ve televisión ni se juega. Una cierta estructura en los hábitos de sueño permite que esta actividad tenga las condiciones necesarias para producirse.
6. ¿Recomiendas utilizar otros métodos como espanta cucos, música, muñecos, no acostumbrarlos a dormirse con la tv, u otros para que se queden dormidos?
En general es recomendable que los padres brinden las condiciones para que sea posible el sueño en un niño. Una condición necesaria es el crear una barrera a los estímulos, por lo que la música, la televisión, etc., no promueven el dormir.
Es muy importante que los padres estén atentos a la necesidad de base de un hijo. Por ejemplo, el necesitar de la televisión para dormir puede significar de base la angustia a la separación. En estos casos, más que fomentar la televisión prendida, sería más provechoso acercarse al niño y hablarle de esto, o acompañarle.
Por otro lado, para un niño puede ser muy importante la existencia de un objeto que brinde compañía y que simbolice la presencia de los padres. Esto facilita el paso de la vigilia al sueño pues transmite la idea de compañía aunque se esté solo. La premisa para los padres es acompañar en el estar solo.